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Estrés, un mal que afecta a nuestra dentadura

Estrés, un mal que afecta a nuestra dentadura

El estrés también afecta a nuestros dientes y lo hace a través de una dolencia conocida como BruxismoSe trata de una enfermedad íntimamente relacionada con nuestro estado nervioso y que consiste en el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes sin ningún propósito funcional. Requiere de un tratamiento multidisciplinar que combina técnicas de odontología y fisioterapia de ATM que ayudan a la presión que ejerce la mandíbula sobre nuestros dientes.

El cansancio, las preocupaciones o los nervios ante una situación compleja en nuestra vida son los principales culpables del estrés, una dolencia cada vez más común que afecta de manera puntual a gran parte de la población adulta en algún momento de su vida.

Pero el estrés no afecta a todo el mundo de la misma manera. Hay gente a la que le dan cuadros de ansiedad, otros manifiestan síntomas de alergia o desarreglos hormonales y a otros muchos les ocasiona tensión mandibular, un síntoma conocido en el mundo de la odontología como bruxismo.

¿Qué es el bruxismo?

El bruxismo es el hábito involuntario de apretar o rechinar las estructuras dentales sin propósitos funcionales. Afecta entre un 10 y un 20% de la población y se da tanto en niños como adultos de ambos sexos.

La edad de inicio más frecuente está entre los 17 y los 20 años, aunque también es común entre los menores de entre 4 y 8 años.

Las personas que sufren bruxismo aprietan y rechinan los dientes sin ser conscientes de ello tanto por el día como en la noche. El bruxismo que se manifiesta durante el momento del sueño es el que mayores problemas genera, ya que es el más difícil de controlar.

Se trata de una afección muy difícil de tratar, de causas variadas y multifactoriales, pero hay tratamientos que nos pueden ayudar a paliar sus efectos.

Causas

El bruxismo se manifiesta fundamentalmente a través de tres factores. Los factores periféricos, que hacen referencia a ciertas anomalías en la dentadura o boca de la persona afectada, ya sea por una mala oclusión de nuestra dentadura, por la ausencia de una o varias piezas dentales o por unos dientes mal alineados.

También se da por factores psicológicos. Con esto nos referimos a dolencias como la ansiedad, el estrés, la depresión o la incapacidad de la persona afectada para relajarse y calmar sus nervios. Y por último, la tercera causa del bruxismo puede ser por factores patológicos como problemas de sueño, química cerebral alterada, la utilización de ciertos medicamentos o drogas, el consumo de alcohol y tabaco, factores genéticos o ciertos traumas y enfermedades.

¿Cómo detectar que tenemos bruxismo?

Los principales síntomas que presenta esta dolencia son los siguientes:

– Problemas en la articulación temporomandibular (ATM) producida por el rechinar y la presión constante en nuestra mandíbula.

– Ansiedad, estrés y tensión ante la incapacidad de controlar nuestros nervios.

– Dolor de cabeza, oídos o mandíbula. Por la presión ejercida en la articulación temporomandibular.

– Trastornos alimentarios ocasionados por los cuadros de estrés

– Sensibilidad dental a los alimentos calientes o fríos.

– Insomnio

– Desgaste del tejido dental (origina problemas oclusales y estéticos)

¿Cómo se trata?

El bruxismo es una dolencia que no desaparece de forma indefinida, pero sí es cierto que los pacientes que acuden a especialistas logran evidentes mejorías.

Su tratamiento es integral y multidisciplinario. Es decir, que requiere de técnicas de diferentes ramas de la medicina, como es el caso de la odontología y la fisioterapia, para su completa aplicación.

Al tratarse de una dolencia íntimamente ligada a situaciones de estrés, una de las primeras medidas que tiene que tomar el paciente es concienciarse que debe relajarse. Es conveniente que practique ejercicios y técnicas de relajación que le ayuden a liberar los nervios y a combatir estrés. De esta manera, cuando la persona se sienta más relajada, su mandíbula también lo estará y por lo tanto ejercerán menos presión sobre sus dientes y encías.

Pero como los ejercicios de relajación en la mayoría de los casos se quedan cortos a la hora de combatir o frenar el bruxismo, el paciente debe acudir al especialista.

En un primer lugar el odontólogo realizará un examen personalizado de las estructuras orales (dientes) y periorales (músculos, encía y hueso), de los hábitos del paciente y, si es necesario, se requerirán pruebas complementarias tales como radiografía panorámica, ecografía o resonancia magnética que permitan hacer un diagnóstico más efectivo.

ferulaUna vez realizado el examen clínico y queden establecidas las causas de la enfermedad, se procederá a aplicar el tratamiento que principalmente consistirá la utilización de férulas dentales nocturnas que posicionen la mandíbula en una posición relajada ayudando a destensar la musculatura que rodea la articulación.

Para completar el tratamiento del bruxismo debemos recurrir a la fisioterapia de ATM que nos ayudará a descontracturar la musculatura de la zona con técnicas manuales.

Ambos tratamientos, el de odontología y el de fisioterapia, se complementarán con un control de la dieta, ejercicios de relajación, como ya hemos mencionado anteriormente, y con la aplicación de hielo o paños calientes en la zona dónde se produce el dolor.

En el caso de que el bruxismo haya sido provocado por la falta de alguna pieza dental o por una mala alineación de la dentadura, no estaría de más completar el tratamiento con la reposición de dicho diente y con una ortodoncia que los coloque y nos proporcione una buena mordida. Sin duda, esto ayudará a que el bruxismo no se vuelva a manifestar o, por lo menos, no tan intensamente.

La Articulación temporomandibular o ATM es la articulación más compleja y utilizada del cuerpo humano. Realiza entre 1000 y 3.000 movimientos diarios y es la responsable de abrir y cerrar la boca. Gracias a ella la mandíbula se articula con el cráneo, delante del oído y a cada lado de la cabeza.

Tiene funciones esenciales para el ser humano como son el masticar, hablar, tragar o bostezar.

De ahí que cuando está afectada provoque fuertes y graves molestias al paciente.

¿Cómo se previene?

Los especialistas aseguran que el bruxismo es una enfermedad que no se puede prevenir, ya que es una actividad muscular que se manifiesta de manera inconsciente. Pero llevar una vida sana y tener rutinas que promuevan el bienestar físico y psicológico, y que nos permitan estar más relajados, sin duda ayudará a evitar el bruxismo o a disminuir su intensidad.

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