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Un buen equilibrio bacteriano cuida la salud de las encías

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 Cada vez más se habla de la predisposición a padecer ciertas  enfermedades. Los genes cobran una mayor importancia en el  riesgo de enfermedades como las cardiovasculares, especialmente  si se combinan con factores ambietales. Esto es lo que puede  ocurrir con la periodontitis o inflamación de las encías, explica Cristina Serrano Sánchez-Rey, master de periodoncia de la Universidad Complutense de Madrid. «La periodontitis es una enfermedad infecciosa multifactorial que se produce por la pérdida del delicado equilibrio que existe entre el ataque bacteriano y la respuesta proporcionada del individuo frente a dichas bacterias».

La experta explica que en los últimos años se han producido una serie de cambios en el pensamiento sobre la etiología de la periodontitis. «Gracias a los avances en metodología científica, ahora sabemos que sólo encontramos formas severas de enfermedad periodontal en una porción de personas que presentan una susceptibilidad especialmente aumentada para esta enfermedad. De hecho, se han podido identificar algunos factores de riesgo independientes que aumentan la susceptibilidad frente a la periodontitis».

Por ello, asegura, es fundamental diagnosticar en cada paciente los factores de riesgo específicos que puede presentar, que pueden ser, tanto de estilo de vida (tabaco, consumo de alcohol, baja ingesta en la dieta de calcio y vitamina D) como de tipo biológico (diabetes, obesidad, síndrome metabólico, osteoporosis), ya que estos factores pueden modificarse.

Estilo de vida común

Ahora bien, es cierto que algunos estudios realizados en gemelos monocigóticos confirman un posible papel de los factores genéticos en la etiología de la periodontitis. Sin embargo, reconoce, en una de las últimas investigaciones realizadas al respecto por el grupo de Van der Velden y publicada en 2010 en el «Journal of Clinical Periodontology», se concluye que la magnitud de dichos efectos genéticos en la severidad de la enfermedad podría ser menor del que se ha pensado durante muchos años. «Esto se debe a que aunque algunos estudios han sugerido que parte de la variabilidad clínica de la periodontitis podría ser explicada por factores genéticos, las últimas investigaciones apuntan a que esta relación, más que una relación genética, al menos en la periodontitis crónica, podría ser una relación de “familiaridad” y de estilo de vida».

Es decir, aclara, el que por ejemplo, dos hermanos pudieran tener mayor predisposición a periodontitis crónica podría estar relacionado más con el ambiente en el que ambos viven, en el que el estilo de vida es similar, por ejemplo, con una alimentación idéntica y unos hábitos parecidos (es frecuente que si los padres fuman, los hijos también lo hagan). En este sentido, se realizó un estudio longitudinal en gemelos octogenarios y se ha observado que mantener sus dientes al final de su vida estaba relacionado más que con la genética, con la existencia de factores positivos de estilo de vida (no fumadores, más educación, estar casados y tener buena salud periodontal).

Nutrición

En los últimos años se está investigando mucho sobre los niveles de micronutrientes en sangre, que pueden ser el resultado de una determinada dieta y/o de factores de estilo de vida característicos. Por ejemplo, algunos estudios demuestran que para prevenir e incluso tratar la periodontitis, se necesitan unos niveles adecuados de antioxidantes, como la vitamina D y el calcio. Es decir, «niveles inadecuados de antioxidantes en sangre, podrían ser tratados aumentando la ingesta de vegetales, bayas y frutas (como el kiwi, rico en vitamina C) o mediante suplementos de fitonutrientes. Quizá en un futuro próximo, deberíamos analizar, al menos en pacientes con periodontitis más agresivas, los niveles de antioxidantes en sangre, y si están disminuidos, independientemente del tratamiento periodontal convencional, recomendarles la ingesta de determinados suplementos o frutas ricas en dichos micronutrientes». De cualquier forma, reconoce, son necesarios más estudios clínicos para corroborar todos estos descubrimientos sobre enfermedades periodontales y nutrición.

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