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La menopausia no puede coger a nuestra boca desprevenida

Hay periodos en la vida de la mujer en los que las encías son más susceptibles a la inflamación y a ciertas enfermedades periodontales, principalmente, por razones hormonales. Si se utilizan anticonceptivos hormonales o en la menopausia, los cuidados de las encías se deben extremar. La Sociedad Española de Periodoncia insiste en la importancia de extremar los cuidados bucodentales en estas situaciones

En la menopausia que suele comenzar entre los 45 y 55 años, se reducen los niveles de estrógenos (disminuyendo el efecto antiinflamatorio de esta hormona en la encía) y de progesterona (reduciéndose la densidad ósea y apareciendo la osteoporosis). En esta etapa, subraya, de la vida de la mujer, el déficit estrogénico produce alteraciones significativas en los tejidos de la boca, con una menor secreción y cambios en la composición bioquímica de la saliva, y desórdenes en la flora bucal.

Pedró Bullón, Catedrático de Estomatología de la Universidad de Sevilla, da algunas pistas sobre cómo afrontar esta etapa:

¿Qué vas a notar?

• Gingivitis atrófica, con una palidez anormal.

• Gingivoestomatitis posmenopáusica: encías brillantes y secas, sangrado fácil y color que varía entre pálido y rojizo.

• Malestar bucal, con sensación de quemazón, sequedad y mal

sabor.

Cuidado con los bifosfonatos

Se ha descrito una cierta asociación entre la periodontitis y la osteoporosis. Pero esto solo parece ocurrir en mujeres con problemas previos de encías, que se agravarían como consecuencia de la menopausia.

Un tercio de las mujeres mayores de 65 años sufren osteoporosis, lo que justifica el uso de terapias de sustitución hormonal (combinación de estrógenos y progesterona). Mientras que la osteoporosis podría ser un factor de riesgo para las enfermedades de las encías, la terapia de sustitución hormonal puede ofrecer cierta protección frente a la pérdida dentaria y reducir el sangrado gingival.

Algunas mujeres con osteoporosis toman un grupo de medicamentos conocidos como bisfosfonatos que confieren un riesgo evidente de una rara enfermedad conocida como «osteonecrosis de los maxilares». Es importante avisar a su dentista o a su periodoncista de su uso antes del tratamiento odontológico.

Es fundamental el mantenimiento de unos niveles bajos de placa. Las visitas al dentista o al periodoncista se deben hacer de forma periódica con el fin de identificar cualquier cambio a nivel bucal. En el caso de estar tomando bisfosfonatos orales, se ha de informar al especialista para que tome las medidas preventivas y terapéuticas oportunas.

Si tomas anticonceptivos, cuida tus encías

Los anticonceptivos están compuestos por hormonas sintéticas similares a los estrógenos y a la progesterona. Estas hormonas se asocian a un aumento de la inflamación de las encías, similar a la que ocurre durante el embarazo, aunque es menos intensa; sin embargo, puede mantenerse durante periodos de tiempo más prolongados, por lo que puede conducir a daños irreversibles en los tejidos que rodean y sujetan los dientes.

La inflamación asociada a los anticonceptivos se produce por las alteraciones en los vasos sanguíneos y en la respuesta inflamatoria, ya que se reduce la capacidad de los tejidos de las encías para mantenerse y para que se reparen. También se producen cambios en la composición de las bacterias bucales.

La gingivitis es similar a la producida por la placa habitualmente, pero comparativamente con mayores signos inflamatorios; sobre todo ante la presencia de menor cantidad de placa bacteriana. De manera adicional, algunas mujeres pueden presentar zonas oscuras en las encías (melanosis gingival). Se produce también un incremento de la frecuencia con la que se puede padecer una infección tras una extracción dentaria o alveolitos postextracción.

En la actualidad se han reducido significativamente las dosis hormonales de los anticonceptivos orales, por lo que se manifiestan menos gingivitis asociadas.

Es recomendable que las mujeres que tomen anticonceptivos orales controlen sus encías, bien con su dentista, bien con su periodoncista. De este modo, podrán prevenir la inflamación gingival de una manera eficaz en una fase totalmente reversible sin consecuencias. Este control gingival también evitará la cronificación de esta inflamación, que podría llegar a producir cambios irreversibles.

¿Qué hacer?

La inflamación de las encías se eliminará a través de un programa específico de revisiones para el control de la placa bacteriana por parte del dentista y del periodoncista mediante la instauración de una adecuada higiene y, si fuera preciso, una profilaxis o limpieza de boca profesional realizada en la consulta. Estos cuidados adicionales deben ser aplicados durante todo el tiempo que se esté bajo tratamiento.

Artículo extraído de textos de la SEPA

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