La regeneración ósea dental es un procedimiento que restaura o aumenta el volumen de hueso perdido en los maxilares, fundamental para la colocación exitosa de implantes dentales y la rehabilitación funcional y estética de la boca. Se utilizan técnicas como el injerto óseo y el uso de plasma rico en factores de crecimiento para estimular la formación de nuevo tejido óseo, creando una base sólida para futuras prótesis y mejorando la salud bucodental.
- ¿Por qué es necesario contar con la regeneración ósea para realizar el tratamiento?
- Falta de volumen óseo:
La pérdida de dientes o enfermedades periodontales pueden causar que el hueso maxilar no tenga la altura, anchura o densidad suficiente para soportar un implante.
- Rehabilitación con implantes:
Es un paso esencial para asegurar la correcta integración de los implantes y una rehabilitación óptima tanto funcional como estéticamente.
- ¿Cómo se realiza?
El proceso varía según la técnica utilizada, pero generalmente implica:
- Evaluación:
El odontólogo examina el estado del hueso y determina la técnica más adecuada.
- Obtención de injerto óseo:
Se puede usar material del propio paciente (autólogo), de un donante (alógeno), sintético (aloplástico) o incluso de origen animal (xenoinjerto).
- Uso de plasma rico en factores de crecimiento:
En esta técnica, se extrae sangre del paciente para centrifugarla, aislar las plaquetas ricas en factores de crecimiento y luego aplicarlas en la zona a tratar para potenciar la regeneración de forma natural.
- Colocación del material:
El injerto o el plasma se depositan en el área con defecto óseo.
- Periodo de cicatrización:
El nuevo hueso necesita tiempo para consolidarse; este proceso puede durar varios meses, dependiendo del tipo de injerto.
Consideraciones importantes:
- Especialización:
Es crucial que el tratamiento sea realizado por especialistas en cirugía oral.
- Seguimiento postoperatorio:
Es vital seguir las indicaciones del especialista para asegurar un proceso de cicatrización exitoso y prevenir complicaciones.