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6 razones para no acudir a una franquicia dental

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6 razones para no acudir a una franquicia dental 

(de un artículo publicado por la revista profesional Intrusos & Dentistas )

Durante los últimos años la franquicia dental y los seguros privados han ocasionado el retroceso de las pequeñas consultas tradicionales, dónde las condiciones laborales eran mejores que en las nuevas y gigantescas cadenas. Este emergente modelo de negocio perjudica al odontólogo, dado que pasa a ser una pieza más de la serie productiva, y desvaloriza su formación y sus conocimientos adquiridos con la experiencia.Desde el punto de vista de nuestro centro que cuenta ya con 23 años de experiencia en la atención odontológica en Granada ésta es una razón más para explicar la actual crisis que está pasando la Odontología en nuestro país. Por ello, desde I&D; que intenta poner de manifiesto la profesionalidad de los dentistas y los peligros de acudir a opciones más baratas que repercuten directamente en la salud bucodental,  va a detallar los seis motivos por los que no es recomendable asistir a una franquicia dental:

  1. El trato personalizado: Todo paciente debe recibir una atención sanitaria profunda y personalizada, por eso se recomienda que siempre le atiendan los mismos profesionales. Sin embargo, uno de los principales inconvenientes que cualquier cliente se encuentra al acudir a una franquicia dental, es la alta rotación de personas que se producen en estos tipos de centros. Un problema que provoca la desconfianza y la incomodidad de todos aquellos que necesitan acudir a una clínica de estas características.
  2. El nivel de formación de los odontólogos: Debido a la plétora profesional, la odontología está masificada. Antes de que ocurriese esta masiva proliferación, los dentistas de entonces terminaban la carrera y eran contratados en consultas tradicionales, dónde iban adquiriendo experiencia con el paso del tiempo y sometiéndose a casos más avanzados según iban mejorando. En la actualidad, los recién graduados son empleados de franquicias dentales que les exigen trabajar acorde a unos protocolos muy estrictos en cuanto a rendimientos económicos, tiempos máximos de tratamientos o materiales utilizados. Como consecuencia, el joven dentista acaba por entender la profesión como una cuestión de márgenes económicos, ya que dependiendo del tipo de tratamientos que realice (extracción dental, implantes, endodoncia) su nómina variará cada mes.
  3. La calidad de los materiales empleados: Por lo general, la consulta tradicional aplica materiales de mejor calidad que los que utiliza la franquicia dental. Este hecho es muy sencillo porque el buen dentista se implica y toda la responsabilidad cae sobre él o ella, por eso se interesa en estar dotado de herramientas avanzadas. Sin embargo, en las grandes franquicias dentales, el profesional sanitario no tiene ningún tipo de poder de decisión sobre los materiales que se usan, porque su función obedece a cuestiones de otra índole en los que la salud del paciente no es la única prioridad.
  4. El componente vocacional frente al de negocio: El buen odontólogo se mueve por el placer de hacer el trabajo bien hecho y ser capaz de ofrecer resultados óptimos a largo plazo. No obstante, y de forma general, los nuevos profesionales del sector se ven obligados a ejercer una odontología que tiene como objetivo obtener una cuantía económica más alta. No olviden que las franquicias dentales están gestionadas por empresarios y no por médicos.  Lo importante en estos asuntos es la ética profesional intrínseca que tiene cada uno.
  5. Garantía en los tratamientos: De normal, en las consultas tradicionales, el dentista se hace responsable de sus actos y por tanto de los tratamientos que no han tenido un buen resultado. El motivo por el que se responsabilizan de forma plena es porque trabajan de forma adecuada y con materiales apropiados. Pero por otro lado, hoy en día, en las franquicias dentales el trabajo de los jóvenes es precario y también lo son las condiciones. Así pues, las posibilidades de que algo salga mal son mayores y, por consiguiente, este tipo de clínicas dentales no se hacen cargo de las irregularidades, limitándose a esperar a que el paciente denuncie o acuda a otro centro sanitario.
  6. La salud: El estado de los pacientes sanos que se limitan a limpiezas o algún tipo de empaste, no les perjudica apenas asistir a este tipo de clínicas. Pero cualquier individuo que padezca problemas bucales reales y decide acudir a una franquicia dental, termina, en ocasiones, con un sobretatamiento o una práctica mal realizada.  Es fundamental que la población sea consciente de la importancia de la salud oral y, que para mantenerla en buenas condiciones se requiera un diagnóstico preciso, un adecuado tratamiento, una buena comunicación con el dentista para aclarar las dudas, las expectativas y las posibilidades de actuación y, por último, y no menos importante, una apropiada ejecución.

El paciente debe conocer exhaustivamente cada paso, pero también debe asumir que el precio va a ser más alto. El consejo, nuestro consejo, para aquellos que se someten a casos complejos es que busquen más de una opinión y pidan más de un presupuesto. No todos actuarán de la misma forma, sea del rango que sea. Estos son tiempos difíciles que nos llevan a comportamientos arriesgados y absurdos, pero sobre todo y en los casos más difíciles, el paciente debe utilizar el sentido común para localizar al adecuado dentista que más se ajuste a su ética y moral. 

Clínica Castillejos.

 

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